Dar es Salaam: 2 noches de transito
hacia-desde Zanzibar, la noche del 26 de septiembre de 2012 y la noche del
03/10/12
Pasar la frontera pareciera un poco lioso, pero no es
difícil. Le habíamos dicho al chico que revisaba los billetes y los pasaportes
en Mombasa que tramitaríamos los visados “at the border” (en la frontera).
Primero llegamos a una oficina de aduanas keniata para sellar la salida,
rellenamos un impreso y nos tomaron una foto digital y nuestras huellas
digitales también. Luego subimos a la guagua que anduvo un trecho de un
kilometro aproximadamente y llegamos a la frontera con Tanzania, bajamos todos
e hicimos una fila. Como teníamos que tramitar visado, fuimos a otra oficina,
pagamos 50 dolares americanos cada uno y nos pusieron un sello de entrada
valida por 3 meses. Ignoramos a los hombres que cambian dinero en la frontera y
menos mal porque había un letrero que decía prohibido hacer cambio de dinero. Nos
miramos diciendo: ¡El tercer país!, Contentos subimos a la guagua mirándolo
todo aunque para decir la verdad no vimos mayor diferencia entre un país y otro.Llegamos
a Dar es Salaam, la capital de Tanzania a las 4 pm es decir que perdimos el
ultimo ferry que salía a Zanzibar a las 3:30 pm. Una chica, Sue nunca supimos de
que nacionalidad, pero hablaba swahili y por la forma de vestir era musulmana,
nos dijo que ella también iba a Zanzibar y nos ofrecio compartir un taxi y
buscar alojamiento juntos, también nos ofrecio que su hermana reservara los
billetes de ferry para nosotros. Buscamos entre 3 hoteles el mejor precio, y nos
parecían todos carísimos comparado con Kenya, 35000 chelines (unos 18€). Luego
encontramos uno en Kariakoo que se llama Pearl con aire acondicionado, cama
doble, y baño por 25000 chelines tanzanos.
El cambio en Tanzania: estábamos un poco
liados ya que teniamos entendido que en muchos hoteles cobran a los extranjeros
en dólares. Teníamos algunos dólares para los visados de Asia, por lo que
decidimos sacar 50000 chelines (Unos 25€) mientras nos orientábamos y nos
enterábamos de los precios y de como era la movida de la moneda), Le pagamos al
taxista 2000 chelines (1€) aunque nos pedia 5000. Sue se quedo en el Pearl porque
tenia aire acondicionado y debía darle de comer a su niña (una preciosidad de
unos 2 años con unos ojos grandes y negros) y nos ofrecio que dejaramos las
mochilas en su habitación mientras conseguíamos algo mas barato. Cruzando la
calle había otro hotel, Manyangwe. El precio un pelin mas caro que en Kenya,
15000 chelines (unos 9€) con baño (que chorreaba agua por todas partes y no le
funcionaban las cañerías porque el agua se quedaba allí a vivir para siempre),
una cama doble (con un colchón que tenia mas años que matusalen) y ¡en un sexto
piso! No encontramos otra cosa, y como teníamos hambre ya que solo llevábamos
en el estomago unas galletas y agua, nos quedamos allí. Desde que estamos fuera
es el peor hotel donde nos hemos quedado, pero por una noche no pasa nada.
Comimos en el bar que estaba en la planta baja del hotel, no sabemos si era el
hambre o que estábamos cansadísimos después de casi 24 hrs viajando pero estaba
todo buenísimo: Comimos arroz con judías, mchicha (espinacas con especias) y
estofado de una carne suavísima. Por 5000 chelines los dos (2,50€) y es por eso
por lo que no sabemos ¡de que era la carne!, Un agua grande 1500 chelines (0,75€)
y una coca cola 700 chelines (0,35€). Fuimos a dar una vuelta de reconocimiento
ya que nos hemos dado cuenta de que todo lo que necesitamos (cajero,
supermercado, ciber café) suele estar cerca, Encontramos un cyber por 1000
chelines una hora (0,50€) y llamamos a Sue para quedar con ella para coger el
ferry. Revisamos los email y nos dimos una buena ducha, ya que estábamos
llenísimos de tierra (casi igual de sucios que nuestras mochilas) con la mierda
incrustada en la piel y hasta debajo de las uñas. ¡Ya pareciamos unos
verdaderos mochileros!. El agua estaba fresquita asi que pusimos el mosquitero,
nos tomamos nuestras pastillitas antimalaria y ¡a dormir se ha dicho!
Nos levantamos a las 09:00 am, dejamos
nuestras mochilas en recepción y fuimos a cambiar los chelines de Kenya que nos
quedaron y por si acaso, comprar algunos dólares. Cogimos un taxi por 4000
chelines (2€) hasta Azam Marine para comprar los billetes a Zanzibar (en clase
turista 35 dolares por persona y trayecto). En la oficina había aire
acondicionado y comida gratis asi que esperamos allí hasta la salida del ferry.
La segunda noche en Dar es Salaam, fue después
de coger el ferry desde Stonetown (Zanzibar) con la intención de buscar Dar
Express (una compañía de guaguas que según los comentarios de internet estaba
bien de precios y las guaguas eran bastante comodas)para viajar a Moshi,
nuestra siguiente parada. Llegamos a Dar a las 17:30 ya casi cayendo el sol, nos
despedimos de Sonia y Alex que fueron a buscar el YMCA ya que regresaban a
Malaga en 2 dias. Unos pasos mas adelante enseguida empezaron los taxistas a
mentirnos hasta el punto de decirnos que las oficinas de Dar Express estaban
cerradas y que era mejor irnos a un hotel que nos recomendaba el taxista (como
si fueramos imbéciles).Mientras buscábamos un taxi que nos cobrara 2000
chelines(1€) que nos llevara para reservar la guagua de Dar a Moshi, íbamos preguntando
sobretodo a mujeres y a gente que esta dentro de las tiendas, aprendimos la
lección de no preguntarle a los hombres por la calle porque te persiguen para
venderte algo o en el mejor de los casos te llevan a cambio de una “comisión”. Estabamos
preguntando por una de aquellas calles cuando una chica dentro de un coche nos
dijo que estábamos cerca de la oficina de Dar Express (que estaba a un
kilometro aproximadamente de la estación de ferry de Azam Marine), pero como
muchas de las calles no están señalizadas era un poco difícil situarse. Nos
perdimos un poco y enseguida encontramos a otra mujer que le dijo a su chofer
que nos llevara a la oficina de Dar Express (un hombre muy simpático que se
llama Shila). Alli compramos los billetes (unos 28000 chelines cada uno que
vienen a ser unos 14€). En la oficina de Dar Express, estaban una monja y otra
mujer que, como era de noche, nos recomendaron que cogiéramos un taxi por 10000
chelines (5€) y fueramos a la Parroquia de ellas que estaba a una media hora de
allí ya que hay un hostal, ellas no nos recomendaban quedarnos en Ubungo (la
estación de guaguas de Dar) porque además de peligroso, hay 4 o 5 hoteles pero
aparentemente eran muy caros. En fin que
como estábamos cansados, hambrientos y un poco agobiados decidimos seguir a la
mujer que nos acompaño hasta la recepción. La gracia nos salio un poco cara,
comparada con la primera noche en Dar: El taxi al hostal de la Parroquia 10000
chelines, la noche en el hostal 44000 chelines y el taxi del hostal a Ubungo
20000 chelines= 64000 chelines (32€) contra los 17000 (8,50€) de la primera
noche por dormir en un hostal que estaba en el quinto pino, eso si había
bastante seguridad y la habitación estaba impecable. De Dar no vimos nada,
aparte de lo apreciado en el camino entre las estaciones y los hoteles y la
vista que desde el ferry se veía bastante bonito un paseo marítimo y 2 torres
que aparecen en los billetes de 10000 chelines.Teníamos bastante claro que la
estancia alli era mas bien para conectar hacia-desde Zanzibar. Pero lo suficiente para darnos cuenta que
desde aquellos años de principios del siglo 19 hasta ahora, del pequeño pueblo
de pescadores que fue Dar es Salaam cuando lo fundaron, prácticamente quedaba
muy poco, salvo la vista de los dhow que imaginamos en aquellos años también
debieron surcar esas aguas. Sin embargo hoy es la ciudad mas grande de Tanzania y uno de los puertos
mas importantes de Africa Oriental. Aunque nosotros no viéramos mucho de
interés aparte del trafico y calles polvorientas, suponemos que la ciudad
tendría puntos de interés (los americanos con los que compartimos el dhow en
Lamu nos dijeron que encontraron los mercadillos de especias de la ciudad bastante
encantadores)
Zanzibar: 6 noches del 27 al 2 de octubre de 2012
El cielo estaba encapotado, cayeron unas
gotitas y había mucha gente pero el ferry era bastante comodo y moderno.
Llegamos en una hora y media a Stonetown, la capital de la isla. Despues de
recoger nuestras mochilas pasamos por un control de aduanas y como ya teníamos
el visado fue bastante rápido. Justo al lado de la estación de ferry hay un bar
restaurante, se llama Mercury’s Bar (en honor a Freddy Mercury, el cantante de
Queen que nacio en Zanzibar) Tenia wifi gratis asi quepedimos algo de beber y nos
turnamos para buscar alojamiento. Ya sabíamos que te siguen unos pesados para
“ayudarte” a buscar alojamiento a cambio de una comisión. Como la mayoría de
los turistas no hablan kiswahili, negocian con el recepcionista para ellos
llevarse su tajada. Son bastante insistentes, es muy difícil quitárselos de
encima y aunque te canses de decirles que no te interesa y los ignores, te
persiguen por todas partes.Quitárselos de encima puede suponer un ahorro de
entre 5 y 10 dolares por noche. El tema de la moneda en Zanzibar es bastante
importante, como en toda Tanzania la oficial es el chelín tanzano, que viene a
ser al cambio de septiembre de 2012, unos 2000 chelines por euro. Pues resulta ser
que en en los hoteles de Zanzibar te cobran en dólares, con el cuento de
impuestos que tienen que pagar. Asi que es mejor cambiar algunos euros en
dólares (para el hotel) y en shilings (chelines) para las demás gastos, porque
si quieres pagar en dólares lo ponen al cambio que a ellos les parece, otra
cosa a tomar en cuenta es que al finalizar el viaje es mejor gastar todos los
chelines tanzanos ya que luego no te los cambian en otro pais. Stonetown, la
capital de Zanzibar nos recordó un poco a Lamu, con cientos de laberínticas
calles peatonales llenas de tiendas, es muy bonito. Hay un par de bancos y
bastantes casas de cambio (pero en estas ultimas el cambio es mejor) Despues de
varias vueltas, encontramos un hotelito sencillo que se llamaba Malindi Lodge
por 35000 chelines (18€). Dando vueltas por la ciudad conocimos a 2 inglesas,
Emily y Annie, que estuvieron en Malawi unas 6 semanas y se tardaron unos 3
dias en tren, matatus y ferry para llegar a Zanzibar atravesando prácticamente
toda Tanzania. Nos recomendaron un mercado nocturno de comida donde puedes
encontrar prácticamente de todo lo que te puede ofrecer el mar en un pincho:
pescado, tiburón, atun, calamares, pulpo, langosta y también otras cosas como samosas,
chawarma, falafel, kebab y la pizza de Zanzibar (que no tiene nada que ver con
la pizza italiana). Los precios vienen a estar entre 3000 chelines (1,50€) y
8000 chelines (4€) por pieza, depende si es pescado o langosta. Esta bastante
bien, es original pero es un sitio para mzungus (blanquitos).
Al dia siguiente quedamos a las 09:00 am con
Emily y Annie para coger una excursión a Prison Island, una isla que tiene unas
tortugas de tierra gigantes. La isla tiene un restaurante, un pequeño hotel y
servicios. La playa es impresionante, de un azul intenso. Fotos y mas fotos.
Dondequiera que miramos parece haber una foto digna de un folleto vacacional. Hay
que pagar en recepción 4 dolares para entrar y el barco (cuyo trayecto es de
unos veinte minutos) costó para los 4, unos 50000 chelines (25€) Normalmente la
excursión suele durar hasta las 4 pm y se puede hacer snorkel pero como las
chicas tenían que coger el ferry y nosotros queríamos coger el dala dala a Jambiani
(al este de Zanzibar) a las 12 ya estábamos en Stonetown. Recogimos las
mochilas que dejamos en recepción y fuimos a la estación de dala dalas que van
al este. Caminar con mochilas o maletas en Stonetown, es vamos a llamarlo, como
sangrar en un mar de tiburones, te siguen con la intención de “ayudarte” aunque
les digas que no, son agresivos y peleones. No nos llevamos una buena impresión
de la gente de Stonetown, la ayuda que te ofrecen tiene precio, todos quieren
sacar tajada porque piensan que todos los mzungus son ricos, se cabronean entre
si y son mentirosos y trapichosos. Y si no consiguen lo que quieren, intentaran
robarte. Asi que cuidado con tus pertenencias, no se puede dejar nada de valor en
la habitación.A nosotros no nos robaron, pero no fue por no intentarlo
precisamente.
Cogimos un dala dala por 3000 chelines cada
uno (1,50€) después de un rato acalorado de negociar precios. Una hora mas
tarde llegamos a una playa inmensa con kilómetros de cocoteros y varios hoteles
a lo largo. Las casas de los locales están unos metros mas atrás, están hechas
de coral blanco y techos de hojas de palmera seca y son bastante humildes, pero
le confieren al pueblo bastante caracter. No hay carreteras asfaltadas, todo el
pueblo es arena. Nosotros pagamos 3 noches en el primer hotel construido en
Jambiani hace unos 30 años por 144000 chelines (a razón de 24€ la noche).
Vistas al océano indico, acceso directo a la playa y un porche donde pasamos
las tardes. Mas tarde, conocimos a una escocesa, un francés y un americano que nos
recomendaron un chiringuito en la playa que tenia buena comida y barata, aunque
las raciones eran un poco pequeñas, comimos calamares y pulpo con arroz por
6000 chelines cada uno (3€).
En Jambiani no hicimos NADA… ¡que bien,
necesitábamos unos días de nada después de tantos kilómetros! El segundo dia
fuimos a comer a casa de Hassan, un hombre que tiene un letrero en la playa que
reza algo asi como “vas a comer hasta que digas: Hassan no me mates con comida”
Nos hizo gracia el cartel asi que fuimos a ver si Hassan nos asesinaba con
comida. Comimos dentro de su casa y nos conto algunas cosas de Jambiani, como
por ejemplo que los dala dala pasan cada hora y que todos los pueblos con
excepcion de Stonetown se turnan un par de horas a la semana sin electricidad.
A nosotros nos toco el apagon acabando de cenar (comimos un pescado blanco
local que se llama chunguu con una salsa de coco curry y otra con salsa masala
con muchas especias y arroz por 16000 chelines los 2 -8€- estaba buenísimo y la
verdad era bastante comida). Nos fuimos al hotel, con el corazón contento (por
aquello de: barriguita llena…) caminando por la playa. En el cielo había una
luna llena inmensa, que brillaba en la blanquísima arena como trocitos de
cristales.La noche estaba espectacular, nos sentamos en el porche de nuestro
bungalow a coger el fresco, y al ratito volvió la luz, sin embargo nosotros la
dejamos apagada porque se estaba tan bien con el sonido de la brisa marina
moviendo las hojas de los cocoteros…
La segunda noche llovio mucho y aprovechamos
para decidir si merecia la pena ir a Aroa, la playa mas popular de la isla. En
cambio decidimos ir a Nongwei (al norte) y asi ver distintas zonas de Zanzíbar.
Pensamos que al despertar, la playa estaría sucia por el diluvio que cayo, pero
nos llevamos una gran sorpresa, el dia estaba absolutamente despejado y sin una
nube, por allí no había rastro del palo de agua… nos fuimos a caminar por la playa, había
bajamar y la gente volvia de mar adentro aprovechando la marea baja para
recoger las algas marinas que luego extendían en frente de sus casas para que
se secaran al sol. Todo el pueblo olia a esas algas. Estuvimos un rato tratando
de descubrir para que recogían esas algas y resulta ser que es ¡para las
ensaladas de los chinos! Caminamos unos 200 metros en el terreno que cada doce
horas le pertenece al mar y el agua por las rodillas… cuando nos llegaba el
agua por la cintura aprovechamos para darnos un chapuzon en unas aguas de un
color azul turquesa intenso… daba la impresión que estábamos en una de esas
infinity pool tan de moda en los hoteles mas modernos.
Jambiani fue un bálsamo regenerador, cargamos
las pilas para irnos al norte de Zanzibar. Cogimos un dala dala que pasa cada
hora (el precio son 2000 chelines por persona pero nos cobraron 3000 chelines
por cada uno y como no nos íbamos a pelear por un euro, lo dejamos asi).
Llegamos a mediodía a Stonetown y en el caos de la estacion de dala dala y
después de evitar a los “ayudadores” espontaneos encontramos el dala dala
numero 116 con destino nungwi, por otros 6000 chelines. Llegamos alrededor de
las 3 de la tarde porque el dala dala de Jambiani a Stonetown se quedo averiado
en el medio de la carretera.Cogimos otro dala dala y una media hora mas tarde
pisariamos Nungwi con la idea de buscar un restaurante, almorzar y luego buscar
alojamiento con tranquilidad. Pero como enseguida nos empezaron a agobiar los
espontaneos de siempre, empezamos a caminar en dirección a la playa. Andamos
unos 20 minutos con las mochilas a bordo… con 30 grados, el solajero de
mediodía y hambre, un par de kilómetros se hacen interminables. Divisamos una
mzungu con 2 niños morenos, era inglesa, se llama Susie y lleva 9 años viviendo
en Zanzibar, esta casada con un tanzano y tiene 3 niños. Nos ayudo a encontrar
un alojamiento económico (entre hoteles de 170 dolares la noche, por el precio
que encontramos y a veinte metros de la hermosísima playa de Nungwi, es toda
una hazaña) reservamos 3 noches por 40000 chelines cada una, desayuno incluido (20€).
En Nungwi te ofrecen excursiones de snorkel y hay unos fondos increíbles para
bucear con diversos corales, peces tropicales y tortugas. Hay unos cuantos
clubes de buceo aunque los precios son un poco caros (entre 90 dolares y 120
diarios por 2 inmersiones). En el desayuno conocimos a Sonia y Alejandro de
Malaga y como ellos también trajeron sus gafas y tubos, nos fuimos los 4 a aprovechar
la marea baja y nadar un poco. Vimos algunos peces y nos sorprendieron unos
peces payasos que tenían crias y se nos tiraban, nos hizo mucha gracia el brio
de los pequeños, sin embargo salimos pronto del agua porque habia bastantes
medusas.Nos pasamos todo ese dia con ellos, nos reimos un monton y nos contaron
algunas de las historias de sus viajes por el mundo. Son gente estupenda y
divertida.
En Nungwi, detrás de los hoteles hay un
poblado swahili con bastantes tiendas de souvenir y un par de supermercados, la
zona es mas turística pero mas pequeña que Jambiani. Hay un acuario natural
donde se puede uno bañar con las tortugas pero nadar en un charco por 9 dolares
cada uno nos parecio un timo. Tambien hay un par de supermercados, un cyber
café y algún que otro restaurante. Nosotros comimos cada dia en un pequeño
restaurante local que estaba a buen precio; Las raciones, de nuevo pequeñas.
Por la tarde los locales suelen jugar al futbol en partidos de veinte contra
veinte y aun asi ¡meten goles!.
Zanzibar deja en nuestra mente (y en nuestra camara) imagenes que precen sacadas de un folleto de vacaciones... donde quiera que miramos hay una postal. Un mar de intenso azul que no puedes resistirte a mirar una y otra vez y uno de los atardeceres mas hermosos que nuestras pupilas han visto jamas.
Hola chicos, maravillosa entrada. Os leo algo tarde pero si recordarfais los nombres de los sitios donde os alojasteis en Zanzíbar me ayudaríais mucho con mi vpróximo viaje.
ResponderEliminarGracias